La
vista de La Virgen de Panecillo desde la Basílica de Voto
Nacional
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En
el segundo día de turismo, decidimos tomar un autobús de la gira,
que habíamos visto mientras caminábamos por el barrio. El
costo fue sólo $15 para un recorrido de tres horas de la ciudad, y
se podía bajar en cualquier parada y quedarse el tiempo que
quisiera, y volver en el próximo autobús que venía cada hora.
Este era uno de esos divertidos autobuses turísticos de dos
pisos. Por lo tanto, obviamente teníamos que sentarse en el techo,
lo que es cómo me dio esta hermosa quemadura de sol tan roja,
alrededor de mi cuello.
No
recuerdo mucho de la información que estaba atronando a todo volumen
de los altavoces en ambos inglés y español. Recuerdo que
estaba diciendo algo sobre el estadio de deportes, y me reí de la
frase, "donde importantes partidos de fútbol se celebran."
[A mí me divierte porque...digamos que los deportes no me
importan.] La población de Quito es muy en serio sobre el
fútbol. Los partidos son transmitidos por todas partes...TODAS
PARTES. Y TODOS se congregan para ver y/o escuchar con suma
atención. Cuando fuimos al parque, el comentario del partido
estaba sonando a todo volumen, suficientemente alto para que todos en
el plazo de diez cuadras de la ciudad pudieran escuchar...todo el
día. Cuando se marca un gol, se puede escuchar todos los
sonidos de la gente animando por toda la ciudad (especialmente por
tocar el claxon de su coche). Y el presentador grita,
"Gooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooollllll!"
Una vez fue más como
"Gooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooollllllll!"
Y
cuando el presentador dice "Ecuador," realmente arrastra la
"r" al final, de una manera ceremonial:
"ECUADORRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR!!!"
Como
sea, estaba hablando sobre el autobús de la gira. Nos bajamos
del bus para echar un vistazo de cerca a la Basílica de Voto
Nacional, una catedral monstruosamente, inconcebiblemente,
alucinantemente, imposiblemente grandísima, la cual era inspirado
por la arquitectura Gótica francesa. Por supuesto, era muy
preciosa. Se sentía como retroceder cientos de años en el
tiempo (aunque creo que la catedral realmente no se terminó hasta un
poco más de un centenar de años atrás). Nos tomamos fotos
del uno al otro en el patio a larga distancia, para mostrar la escala
drástica, en la que nos veían como hormigas pequeñas.
Cuando
miré hacia arriba a la cima de la catedral, me estremecí al ver a
los seres humanos pequeñajos subiendo a la aguja más alta por una
escalera destartalada de hierro forjado. Santo
cielo,
pensé. ["Mierda" o en inglés, "Holy shit."]
Quiero
hacer
eso.
Al menos supongo que debo de haber pensado algo así de alguna
forma, porque poco después, me encontré arriba en esa aguja, en un
sudor frío, aferrándome a esta escalera estrecha y diminuta de
hierro forjado, la que tenía una malla finísima de alambre entre
algunos
de los peldaños.
Yo
realmente no soy una persona que teme a las alturas. De hecho, yo
generalmente disfruto de ellos. ¡Cuanto más alto mejor! Pero
en realidad había momentos en los que me dije a mí mismo, Esto
no está bien. No deberíamos haber hecho esto.
(Tal vez Adán había sentido lo mismo en las Termas Papallactas
cuando, al incitarse por Marco, habitante de Ecuador y Nueva Jersey,
nadó a través de una piscina fría. El agua estaba congelante.
Adán divertía a los espectadores gritando, "¡ESTA FUE UNA
DECISIÓN TERRIBLE!")
Para
cuando llegué al arriba de la aguja, yo estaba bastante
conmocionada, y tenía mucho miedo de bajar atrás porque no quería
estar en la escalera. La torre era estrecha. Estar en lo alto
de la torre era como estar en la punta de un alfiler. Las
paredes eran lo suficientemente alta como para hacer que me sienta
más segura allí- es decir, hasta la hora de volver a bajar la
escalera.
¿He
mencionado que para acceder a esa escalera espantosa, también
tuvimos que caminar a través de una pasarela muy estrecha, hecho de
tablones de madera, sin barandilla? Sólo había una cuerda
suspendida entre intermitente clavijas de madera por cada lado.
Básicamente, estábamos caminando en una barra de equilibrio, a
través el interior de las cubiertas de la catedral, debajo del
caballete del techo. Efectivamente. Eso es lo que
hicimos. Y había unas personas, otros visitantes, que venían
de la dirección opuesta, y se tuvo que exprimir más allá de ellos
de alguna manera. (Lo mismo puede decirse de la escalera angustiosa.)
Y nada de esto fue manejado o dirigido por cualquier persona.
Ningunos de nosotros fuimos conducidos por nadie; no había
nadie desempeñando la función del policía de tráfico. El
único "empleado" o autoridad de cualquier tipo era un
hombre que estaba bien situado mucho más abajo, a salvo en la planta
baja. La función de esta persona era el recaudar de dinero. Se
sentaba en una silla, y cuando la gente lo acercaba, él decía "Dos
dólares." Le daban los dos dólares, y le permitía que
subieran la torre. ¡Y ya está!
Se
hizo tan evidente que en Estados Unidos, nos estafan experiencias
notables debido a que todo lo que puede ser aun remotamente
peligroso es regulado hasta el hartazgo. Fue revelador para mí
al darme cuenta de que aunque muchas veces he criticado la mentalidad
impulsiva de "¡Debería haber una ley contra
eso!"...culturalmente, yo todavía tengo esa reacción
automática cuando me siento inseguro físicamente: "¿No hay
nadie que vaya a garantizar mi seguridad? ¿Las personas
encargadas no vayan a asegurarse de que no me haga daño a mí
misma?" Estamos un poco atascados en una infancia perpetua,
donde nunca llegamos a sentirse responsables de nosotros mismos.
Eso
me recuerda (esto es una nota al margen) del viaje por coche hacia
Termas Papallactas, cuando miré por la ventana y vi un montón de
cabañas destartaladas hechas de cualquier cosa y todo (barro,
plástico, lona, estaño, chatarra, madera de desecho), dispersos a
lo largo del camino. Me maravillé de que la gente estaba
"permitido" a construir cualquier tipo de estructura
improvisada sin tener en cuenta cualquier "código de
construcción." En Estados Unidos, los hogares así sería
condenado y destruido, y entonces tal vez la gente no tendría ningún
refugio.
A
Continuación...
De hecho, es como lo describes. Pero en toda América Latina se construye así.
ReplyDeleteSí, es triste. Gracias por tu comentario.
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