Monday, August 6, 2018

Ecuador: una serie épica de posts AHORA EN ESPAÑOL - debes mantenerte hidratado y no te olvides de tomar unas pausas para orinar.


Voy a desviar el tema de este blog por un post o dos.  Acabo de regresar de Ecuador anoche, y al menos un lector de este blog (¡hola, Nicole!) ha pedido un post sobre mis experiencias en el viaje.

Este post y varios posts más por venir son (serán) sobre mis vacaciones en Quito, Ecuador.  Después de esa salida, voy a retomar el tema de la superación de la adicción a la comida chatarra, y de trabajar hacia el objetivo específico de la abstención de comida basura durante tres meses completos.

Quito es la ciudad capital de Ecuador y la segunda más grande del país.  Es la ciudad capital más alta de elevación en el mundo. [Corrección: Creo que La Paz, Bolivia es realmente más alta que Quito.]  Está en los Andes putos. [Perdonen la palabrota. Esa significa que para mí, estar ubicado en los Andes es extremadamente impresionante.]  Está en un valle ubicado entre los volcanes activos, y sólo unas pocas horas en coche de la selva Amazónica.  En caso de que ustedes se preguntan donde demonios en América del Sur está Ecuador, está más o menos en el noroeste del continente y limita con Colombia y Perú.  Ecuador tiene costa del océano Pacífico, pero Quito es bastante tierra adentro.  Curiosamente, está sólo un vuelo de cuatro horas de Miami, Florida, E.E.U.U. [Me tarda más tiempo volar desde Carolina del Norte a Washington.]

¿Cómo acabé en Ecuador después de menos de dos meses de saber que iba a estar allí?  Mi esposo, Adán [Adam], tenía la oportunidad de ser volado allí por su empleador (una corporación muy grande y multinacional) para un viaje de negocios.  Ya que sus gastos fueron pagados por su compañía, aquí estaba una oportunidad (probablemente única) para nosotros a tomar unas vacaciones allí juntos y sólo tener que pagar por boletos de avión de una sola persona, sumiendo así en una cantidad sólo ligeramente aterradora de la deuda de tarjeta de crédito.  A partir del 8 de junio hasta el 11, él hacía las cosas de trabajo, e incluso hacía turismo con sus compañeros, con los gastos pagados por la empresa.  Alrededor de las 8:00 pm en el 11, yo llegué en la ciudad de Quito, y pude pasar una noche en el hotel muy elegante que su empresa pagó (Le Parc Hotel). No era una habitación grande en términos de tamaño, pero era lujosa (y había un frigorífico pequeño surtido con bebidas).

Al día siguiente nos trasladamos a un hotel menos caro que estaba a poca distancia, Finlandia Hotel.  Era un lugar agradable y comparable a los hoteles moderados (de precio medio) en los Estados Unidos.  Sin embargo, su servicio de desayuno gratuito era mucho mejor que en E.E.U.U. (bufé completo, no sólo continental) y su servicio de atención al cliente en general estaba por encima y más allá.  También había un servicio de lavandería, pero nosotros no tomamos parte, debido a mi malestar cultural ante el manejo de mis bragas por personas desconocidas.  El único inconveniente leve era que la habitación no tenía un termostato o cualquier aparente de aire acondicionado.  Puesto que era un día templado, con temperaturas de 70-75 grados F [20 - 24 centigrado] en Quito (lo que casi siempre es en Ecuador, dándole el título de "La Tierra de La Primavera Eterna"), bastó tener las ventanas abiertas para mantener una temperatura cómoda en la habitación.  Sin embargo, tener las ventanas abiertas significaba que teníamos que someternos a la sonoridad máxima de las obras de construcción en el edificio contiguo todos los días por la mañana...y por la noche, de fuertes protestas. (Más por venir en los disturbios civiles en Ecuador, conocido por los habitantes de Quito como "los problemas".)

Permítanme retroceder a cuando recién llegué al aeropuerto de Quito (Mariscal Sucre Internacional).  Un compañero ecuatoriano de Adán (que trabaja por la misma compañía, pero en Ecuador) había organizado un servicio de coche para venir a recogerme del aeropuerto. (No era su trabajo hacer eso, él sólo era muy genial.)  No fue pagado por la empresa, pero fue el mismo servicio de coche utilizado por la empresa, por lo que era de una calidad muy alta.  Por primera vez, tuve la experiencia de llegar en un aeropuerto y encontrarse con un extraño que llevó un cartel con mi nombre, lo que es bastante guay.

Yo estaba esperando a un hombre, pero era una mujer llamada Chorrito. [Me encantó su nombre.]  Me saludó con un abrazo y un beso de mejilla, que parece ser la costumbre allí (y probablemente otros países de América del Sur, tanto como en muchas partes de Europa), particularmente entre las mujeres.  Ella hablaba un poco de inglés, pero menos que yo hablaba español.  El conductor, Diego, realmente no hablaba nada de inglés, por lo que adiviné que el servicio habían enviado a Chorrito para que pudiera entrar en el aeropuerto y recibirme mientras Diego se quedó con el coche. Tal vez también porque ella hablaba algo de inglés.  El coche era un todoterreno de color oscuro muy limpio y muy nuevo.

Era unos 30 a 40 minutos en coche desde el aeropuerto al hotel, así que tuve la oportunidad utilizar mis habilidades olvidadas de español para charlar con ellos durante el paseo en coche, que era agradable y sólo un poco incómodo, si acaso.  Ambos eran increíblemente amables y en especial me gustó que a pesar de que había algo de la barrera del idioma, ellos todavía tenían ganas de seguir la discusión y darle un montón de intentos, incluso cuando teníamos problemas para comunicarse.  Señalaron los hitos en el camino, el valle, los nombres de las montañas que nos rodeaban (aunque yo no las podía ver en la oscuridad).  Chorrito me contó sobre la gigante colina o montaña que está en el centro de la ciudad, pero no entendí exactamente lo que estaba diciendo, hasta más tarde. (La montaña de que estaba hablando tiene una estatua gigante encima que se llama La Virgen de Panecillo.) Hablamos de las hermosas luces de la ciudad, de las carreteras de peaje, de su enorme y costoso aeropuerto flamante que se había construido hace un par de años, de la nieve en la cima de Cotopaxi...es decir, de un poco de esto y aquello.  Mucho se dijo de que yo no estaba entendiendo muy bien.

Cuando llegamos al hotel, le llamé a Adán por teléfono para que él pudiera bajar y pagar a ellos, porque eso es lo que él me había dicho que hacer.  Supuse que era porque tenía moneda Ecuatoriana, pero era sólo porque él tenía dinero en efectivo y yo no; Ecuador es en realidad el único país en América del Sur cuya moneda nacional es el dólar Estadounidense, por lo que era muy conveniente.

Me imaginé que sería la última vez que vi a los dos, pero nos encontrásemos con Diego en dos ocasiones después de eso, que era encantador.  Más sobre esto más adelante.

Entramos en el restaurante de Le Parc Hotel y Adán me presentó a sus colaboradores, que estaban en una cena tarde. Algunos de ellos fueron de la oficina en Ecuador, y otros vinieron de la misma ubicación de Adán en E.E.U.U.  Adán me dijo que todos ellos habían estado universalmente avivado de que Adán estaba extendiendo su estadía en Quito para que su esposa (yo) pudiera unirse a él para pasar tiempo de ocio.  Adán estaba más o menos perplejos por su interés y entusiasmo, porque nunca había tenido tal apoyo de compañeros de trabajo antes. {Es una broma pequeña y no sé si el humor es obvio en la traducción al español.}

A Continuación...

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