Saturday, August 18, 2018

Ecuador: La Basílica (ahora en español)



La vista de La Virgen de Panecillo desde la Basílica de Voto Nacional


En el segundo día de turismo, decidimos tomar un autobús de la gira, que habíamos visto mientras caminábamos por el barrio.  El costo fue sólo $15 para un recorrido de tres horas de la ciudad, y se podía bajar en cualquier parada y quedarse el tiempo que quisiera, y volver en el próximo autobús que venía cada hora.  Este era uno de esos divertidos autobuses turísticos de dos pisos. Por lo tanto, obviamente teníamos que sentarse en el techo, lo que es cómo me dio esta hermosa quemadura de sol tan roja, alrededor de mi cuello.

No recuerdo mucho de la información que estaba atronando a todo volumen de los altavoces en ambos inglés y español.  Recuerdo que estaba diciendo algo sobre el estadio de deportes, y me reí de la frase, "donde importantes partidos de fútbol se celebran." [A mí me divierte porque...digamos que los deportes no me importan.]  La población de Quito es muy en serio sobre el fútbol.  Los partidos son transmitidos por todas partes...TODAS PARTES.  Y TODOS se congregan para ver y/o escuchar con suma atención.  Cuando fuimos al parque, el comentario del partido estaba sonando a todo volumen, suficientemente alto para que todos en el plazo de diez cuadras de la ciudad pudieran escuchar...todo el día.  Cuando se marca un gol, se puede escuchar todos los sonidos de la gente animando por toda la ciudad (especialmente por tocar el claxon de su coche).  Y el presentador grita, "Gooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooollllll!" Una vez fue más como "Gooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooollllllll!"

Y cuando el presentador dice "Ecuador," realmente arrastra la "r" al final, de una manera ceremonial:  "ECUADORRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR!!!"

Como sea, estaba hablando sobre el autobús de la gira.  Nos bajamos del bus para echar un vistazo de cerca a la Basílica de Voto Nacional, una catedral monstruosamente, inconcebiblemente, alucinantemente, imposiblemente grandísima, la cual era inspirado por la arquitectura Gótica francesa.  Por supuesto, era muy preciosa.  Se sentía como retroceder cientos de años en el tiempo (aunque creo que la catedral realmente no se terminó hasta un poco más de un centenar de años atrás).  Nos tomamos fotos del uno al otro en el patio a larga distancia, para mostrar la escala drástica, en la que nos veían como hormigas pequeñas.




Cuando miré hacia arriba a la cima de la catedral, me estremecí al ver a los seres humanos pequeñajos subiendo a la aguja más alta por una escalera destartalada de hierro forjado.  Santo cielo, pensé. ["Mierda" o en inglés, "Holy shit."]  Quiero hacer eso.  Al menos supongo que debo de haber pensado algo así de alguna forma, porque poco después, me encontré arriba en esa aguja, en un sudor frío, aferrándome a esta escalera estrecha y diminuta de hierro forjado, la que tenía una malla finísima de alambre entre algunos de los peldaños.  Yo realmente no soy una persona que teme a las alturas. De hecho, yo generalmente disfruto de ellos. ¡Cuanto más alto mejor!  Pero en realidad había momentos en los que me dije a mí mismo, Esto no está bien.  No deberíamos haber hecho esto. (Tal vez Adán había sentido lo mismo en las Termas Papallactas cuando, al incitarse por Marco, habitante de Ecuador y Nueva Jersey, nadó a través de una piscina fría. El agua estaba congelante. Adán divertía a los espectadores gritando, "¡ESTA FUE UNA DECISIÓN TERRIBLE!")

Para cuando llegué al arriba de la aguja, yo estaba bastante conmocionada, y tenía mucho miedo de bajar atrás porque no quería estar en la escalera. La torre era estrecha.  Estar en lo alto de la torre era como estar en la punta de un alfiler.  Las paredes eran lo suficientemente alta como para hacer que me sienta más segura allí- es decir, hasta la hora de volver a bajar la escalera.





¿He mencionado que para acceder a esa escalera espantosa, también tuvimos que caminar a través de una pasarela muy estrecha, hecho de tablones de madera, sin barandilla? Sólo había una cuerda suspendida entre intermitente clavijas de madera por cada lado. Básicamente, estábamos caminando en una barra de equilibrio, a través el interior de las cubiertas de la catedral, debajo del caballete del techo.  Efectivamente.  Eso es lo que hicimos.  Y había unas personas, otros visitantes, que venían de la dirección opuesta, y se tuvo que exprimir más allá de ellos de alguna manera. (Lo mismo puede decirse de la escalera angustiosa.)  Y nada de esto fue manejado o dirigido por cualquier persona.  Ningunos de nosotros fuimos conducidos por nadie; no había nadie desempeñando la función del policía de tráfico.  El único "empleado" o autoridad de cualquier tipo era un hombre que estaba bien situado mucho más abajo, a salvo en la planta baja. La función de esta persona era el recaudar de dinero. Se sentaba en una silla, y cuando la gente lo acercaba, él decía "Dos dólares." Le daban los dos dólares, y le permitía que subieran la torre. ¡Y ya está!

Se hizo tan evidente que en Estados Unidos, nos estafan experiencias notables debido a que todo lo que puede ser aun remotamente peligroso es regulado hasta el hartazgo.  Fue revelador para mí al darme cuenta de que aunque muchas veces he criticado la mentalidad impulsiva de "¡Debería haber una ley contra eso!"...culturalmente, yo todavía tengo esa reacción automática cuando me siento inseguro físicamente: "¿No hay nadie que vaya a garantizar mi seguridad?  ¿Las personas encargadas no vayan a asegurarse de que no me haga daño a mí misma?" Estamos un poco atascados en una infancia perpetua, donde nunca llegamos a sentirse responsables de nosotros mismos.

Eso me recuerda (esto es una nota al margen) del viaje por coche hacia Termas Papallactas, cuando miré por la ventana y vi un montón de cabañas destartaladas hechas de cualquier cosa y todo (barro, plástico, lona, estaño, chatarra, madera de desecho), dispersos a lo largo del camino.  Me maravillé de que la gente estaba "permitido" a construir cualquier tipo de estructura improvisada sin tener en cuenta cualquier "código de construcción."  En Estados Unidos, los hogares así sería condenado y destruido, y entonces tal vez la gente no tendría ningún refugio.


A Continuación...


Friday, August 10, 2018

Ecuador: Termas Papallactas y Aventuras en Hablar Español


En nuestro primer día de visitas turísticas, el mismo servicio de coche nos recogió a eso de las 8:00 de la mañana y nos llevó a visitar las Termas Papallactas, viaje en coche que tardó más o menos una hora y media.  "Termas" son las aguas termales.  Papallactas es el nombre de la montaña.  Nuestro conductor en ese día era Gonzalo, que hablaba muy bien el inglés y también era muy amable y genial hacia nosotros.  Nos detuvimos para salir del coche y tomar fotos varias veces por el camino.  Al final, estábamos muy, muy alto en las montañas.

Termas Papallactas parecía un complejo remoto con una gran cantidad de piscinas de aspecto normal, pero el agua en todas las piscinas provino de manantiales termales.  Aparte de la taquilla, un restaurante, algunos vestidores, y un snack bar donde también se podía alquiler toallas y casilleros, no había mucho allí pero un montón de piscinas, duchas, y vistas de una belleza impresionante.  Montañas enormes e imponentes con vegetación y flores de aspecto tropical y manantiales naturales que parecían ríos pintorescos de aguas bravas rápidos nos rodeaban.  Era un día nublado y había unas gotitas de lluvia que cayeron a intervalos.  Se sentía demasiado frío para usar un traje de baño, pero dado que el agua estaba muy caliente, todo realmente funcionó bien.  Algunas de las piscinas eran construidas alrededor de afloramientos rocosos con cascadas pequeñas, presumiblemente naturales.  Había muchísima niebla de montaña, mezclado con el vapor que se elevaba de las piscinas, que dio al paisaje un aspecto surreal pero espléndido.



¿Y cuánto fue el costo? Ocho dólares y cincuenta centavos por persona para todo el día. [Una oferta FANTÁSTICA, impensablemente fantástica para una experiencia tan única y lujosa. Algo así en E.E.U.U. probablemente costaría cien dólares.]

Gonzalo salió del coche y nos acompañó hasta la taquilla para que él nos pudiera ayudar a comprar nuestras entradas, como Adán no habla español, y yo todavía no estaba sintiendo muy segura acerca de mi capacidad lingüística.  Él no tenía obligación de hacerlo, pero se ofreció de todas formas.  Creo que originalmente Gonzalo había tenido la intención de salir y que nos recogiera más tarde, pero cambió de idea y dijo que se quedaría y que estaría cerca si lo necesitáramos.  Gonzalo se cambió y se puso un bañador y se remojó en las aguas termales como nosotros, aunque realmente no pasamos el rato juntos con él allí.

Nadamos y disfrutamos un par de horas.  Cuando salimos de la piscina y nos pusimos nuestra ropa normal, Adán se dio cuenta de que había dejado sus zapatos en un vestidor antes de nadar, y ahora estaban desaparecidos.  En este momento, deberíamos haber intentado encontrar a Gonzalo para que él nos pudiera ayudar a hablar con el personal. Sin embargo, no lo vimos a él de inmediato, y parecía como si el tiempo apremiara cuando los zapatos (¡y los calcetines!) perdidos estuvieran en riesgo.  Así que hablé con la señora del snack-bar/alquiler-de-casillero, bastante torpemente en español. Me muero de vergüenza porque dije "vestidos" cuando quise decir "vestidores," lo que me ganó una mirada desdeñosa de la mujer. Ella hizo una llamada de teléfono, presumiblemente a la oficina de Objetos Perdidos, y por suerte, los zapatos (¡y los calcetines!) de Adán se había encontrado y entregado. Un guardia de seguridad nos acercó y nos devolvió los zapatos (¡y los calcetines!).  Luego almorzamos en el restaurante.

Me sentí orgullosa de que hubiera comunicado con éxito, y también que hubiera manejado el alquiler de los casilleros anteriormente.  De hecho, la única razón por la que cuento esta historia aburrida es que las experiencias de hablar español fueron los mejores momentos del viaje para mí.  Cada interacción me dejó avergonzada e insegura, o me hizo brillar intensamente con orgullo y euforia.  Les di demasiada importancia; lo puedo reconocer.  Pero me gusta mucho aprender español, y esta fue mi primera vez en un país de habla hispana.  Aunque hay un montón de gente que habla español en mi propio país y en todas partes, casi toda la gente habla inglés también.  No siempre, pero por lo general, me siento muy auto-consciente y tímida tratando de hablar español (de manera más o menos conversacional pero no con fluidez) con nativo-hablantes que dominan el inglés.  Es más fácil empujar a través de eso cuando no hay otra opción porque no hablan inglés.  Al menos en esa situación, a pesar de que yo estoy cometiendo un montón de errores, que no es tan embarazoso porque su inglés no será muchísimo mejor que mi español.

Por supuesto, muchas personas pueden hablar inglés en la ciudad de Quito, especialmente en las industrias de hostelería y turismo, pero de lo contrario, muchas no lo saben.  Asimismo, muchos, muchos señales en Quito tienen las traducciones en inglés, pero a la vez, también hay muchos que no las tienen.  El traducir de cosas para Adán era una gran emoción para mí.  Eso es mi idea de un momento de diversión.  Salvo cuando yo apesto, y me avergüenzo.  Pero finalmente, por primera vez, me encuentro en un nivel en que esos momentos son superados por los momentos de orgullo.

Me da una sensación asquerosa en la boca del estómago cuando alguien me está diciendo algo que yo sé es, probablemente, bastante simple y sencillo, pero no tengo ni idea lo que es.  Que me ha pasado mucho.  Varias cosas de menor importancia fueron un poco mal porque no entendía algo en español... por ejemplo, fui a Subway (un restaurante de cadena/franquicia) y pide un sándwich (emparedado) submarino de albóndigas, y el chico me preguntó si quería que el sándwich sea calentado. Yo pensé que me estuvo preguntando si quería que el sándwich sea tostada, lo que es una pregunta normal para un Subway en Estados Unidos. Entonces le dije que no.  El tio explicó que no, que él se refería a la carne esté fría, y yo le contesté que estaba bien...porque todavía no entendí lo que él quería decir.  Entonces recibí un sándwich FRÍO de albóndigas, y la carne era poco hecho también, y era demasiado repugnante para comer. Me sentí muy mal.  Yo estaba demasiado avergonzada para volver al chico y pedirle que me cocine el sándwich para mí.

Una vez, tardé alrededor de una hora cuidadosamente componiendo una nota escrita a mano al recepcionista del hotel, pidiéndole que nos pida una pizza para nosotros, y varias otras preguntas. Estaba tan orgullosa de esta nota...hasta que me enteré que el recepcionista hablaba inglés muy bien. Todo había sido innecesario.  Entonces me daba vergüenza.

 Probablemente el peor malentendido, en términos de los resultados prácticos, sucedió en nuestro camino de vuelta a los Estados Unidos. En el aeropuerto internacional de Quito, alguien vendiendo un "servicio de protección de equipaje" me acercó. Quería envolver nuestras maletas en plástico, lo que costó quince dólares por cada maleta. Nunca había oído de esta práctica, y no parece necesario en lo más mínimo. No obstante, le di permiso hacer esta cosa ridícula, porque yo estaba tan confundida y nerviosa, pensé que era un requisito del aeropuerto, cuando en realidad sólo era un servicio innecesario. Pues...realmente, una estafa.

Otro error que me dio un poco de vergüenza tuvo lugar en el área de restaurantes de un centro comercial (otra vez). Pedí a un chico que me diese hielo en mi bebida (que en Ecuador no se ponen hielo en las bebidas a menos que lo les pidas), y él me dijo que no tenían hielo, y cuando me vio muy confundida, explicó que su fuente de soda no tenía ni siquiera un fabricador de hielo.  Pero esto sólo entendí mucho más tarde. En ese momento, la única palabra que entendí era "máquina," e intenté adivinar el resto. Como señaló a su derecha, yo pensaba que quizá estaba diciendo que hubiera una máquina de hielo en algún lugar cercano. Así que le pregunté: "¿Dónde está la máquina?", y él, con una sonrisita/mueca en su cara, señaló a la fuente de soda. (Sonrió porque mi pregunta no tenía sentido, revelando que yo no tenía ni idea de lo que estaba hablando y estaba tratando de fingir a través de la interacción.)  La mayoría de las veces, todo salió muy bien, pero yo aún estaba avergonzada por tener que pedir a la gente que repita las cosas una y otra vez, y por mi incomprensión de muchas cosas.  La vergüenza era mínima mientras que la gente tuviera una actitud muy agradable y paciente, y en su mayor parte, realmente era así.

Continuará...


Monday, August 6, 2018

Ecuador: una serie épica de posts AHORA EN ESPAÑOL - debes mantenerte hidratado y no te olvides de tomar unas pausas para orinar.


Voy a desviar el tema de este blog por un post o dos.  Acabo de regresar de Ecuador anoche, y al menos un lector de este blog (¡hola, Nicole!) ha pedido un post sobre mis experiencias en el viaje.

Este post y varios posts más por venir son (serán) sobre mis vacaciones en Quito, Ecuador.  Después de esa salida, voy a retomar el tema de la superación de la adicción a la comida chatarra, y de trabajar hacia el objetivo específico de la abstención de comida basura durante tres meses completos.

Quito es la ciudad capital de Ecuador y la segunda más grande del país.  Es la ciudad capital más alta de elevación en el mundo. [Corrección: Creo que La Paz, Bolivia es realmente más alta que Quito.]  Está en los Andes putos. [Perdonen la palabrota. Esa significa que para mí, estar ubicado en los Andes es extremadamente impresionante.]  Está en un valle ubicado entre los volcanes activos, y sólo unas pocas horas en coche de la selva Amazónica.  En caso de que ustedes se preguntan donde demonios en América del Sur está Ecuador, está más o menos en el noroeste del continente y limita con Colombia y Perú.  Ecuador tiene costa del océano Pacífico, pero Quito es bastante tierra adentro.  Curiosamente, está sólo un vuelo de cuatro horas de Miami, Florida, E.E.U.U. [Me tarda más tiempo volar desde Carolina del Norte a Washington.]

¿Cómo acabé en Ecuador después de menos de dos meses de saber que iba a estar allí?  Mi esposo, Adán [Adam], tenía la oportunidad de ser volado allí por su empleador (una corporación muy grande y multinacional) para un viaje de negocios.  Ya que sus gastos fueron pagados por su compañía, aquí estaba una oportunidad (probablemente única) para nosotros a tomar unas vacaciones allí juntos y sólo tener que pagar por boletos de avión de una sola persona, sumiendo así en una cantidad sólo ligeramente aterradora de la deuda de tarjeta de crédito.  A partir del 8 de junio hasta el 11, él hacía las cosas de trabajo, e incluso hacía turismo con sus compañeros, con los gastos pagados por la empresa.  Alrededor de las 8:00 pm en el 11, yo llegué en la ciudad de Quito, y pude pasar una noche en el hotel muy elegante que su empresa pagó (Le Parc Hotel). No era una habitación grande en términos de tamaño, pero era lujosa (y había un frigorífico pequeño surtido con bebidas).

Al día siguiente nos trasladamos a un hotel menos caro que estaba a poca distancia, Finlandia Hotel.  Era un lugar agradable y comparable a los hoteles moderados (de precio medio) en los Estados Unidos.  Sin embargo, su servicio de desayuno gratuito era mucho mejor que en E.E.U.U. (bufé completo, no sólo continental) y su servicio de atención al cliente en general estaba por encima y más allá.  También había un servicio de lavandería, pero nosotros no tomamos parte, debido a mi malestar cultural ante el manejo de mis bragas por personas desconocidas.  El único inconveniente leve era que la habitación no tenía un termostato o cualquier aparente de aire acondicionado.  Puesto que era un día templado, con temperaturas de 70-75 grados F [20 - 24 centigrado] en Quito (lo que casi siempre es en Ecuador, dándole el título de "La Tierra de La Primavera Eterna"), bastó tener las ventanas abiertas para mantener una temperatura cómoda en la habitación.  Sin embargo, tener las ventanas abiertas significaba que teníamos que someternos a la sonoridad máxima de las obras de construcción en el edificio contiguo todos los días por la mañana...y por la noche, de fuertes protestas. (Más por venir en los disturbios civiles en Ecuador, conocido por los habitantes de Quito como "los problemas".)

Permítanme retroceder a cuando recién llegué al aeropuerto de Quito (Mariscal Sucre Internacional).  Un compañero ecuatoriano de Adán (que trabaja por la misma compañía, pero en Ecuador) había organizado un servicio de coche para venir a recogerme del aeropuerto. (No era su trabajo hacer eso, él sólo era muy genial.)  No fue pagado por la empresa, pero fue el mismo servicio de coche utilizado por la empresa, por lo que era de una calidad muy alta.  Por primera vez, tuve la experiencia de llegar en un aeropuerto y encontrarse con un extraño que llevó un cartel con mi nombre, lo que es bastante guay.

Yo estaba esperando a un hombre, pero era una mujer llamada Chorrito. [Me encantó su nombre.]  Me saludó con un abrazo y un beso de mejilla, que parece ser la costumbre allí (y probablemente otros países de América del Sur, tanto como en muchas partes de Europa), particularmente entre las mujeres.  Ella hablaba un poco de inglés, pero menos que yo hablaba español.  El conductor, Diego, realmente no hablaba nada de inglés, por lo que adiviné que el servicio habían enviado a Chorrito para que pudiera entrar en el aeropuerto y recibirme mientras Diego se quedó con el coche. Tal vez también porque ella hablaba algo de inglés.  El coche era un todoterreno de color oscuro muy limpio y muy nuevo.

Era unos 30 a 40 minutos en coche desde el aeropuerto al hotel, así que tuve la oportunidad utilizar mis habilidades olvidadas de español para charlar con ellos durante el paseo en coche, que era agradable y sólo un poco incómodo, si acaso.  Ambos eran increíblemente amables y en especial me gustó que a pesar de que había algo de la barrera del idioma, ellos todavía tenían ganas de seguir la discusión y darle un montón de intentos, incluso cuando teníamos problemas para comunicarse.  Señalaron los hitos en el camino, el valle, los nombres de las montañas que nos rodeaban (aunque yo no las podía ver en la oscuridad).  Chorrito me contó sobre la gigante colina o montaña que está en el centro de la ciudad, pero no entendí exactamente lo que estaba diciendo, hasta más tarde. (La montaña de que estaba hablando tiene una estatua gigante encima que se llama La Virgen de Panecillo.) Hablamos de las hermosas luces de la ciudad, de las carreteras de peaje, de su enorme y costoso aeropuerto flamante que se había construido hace un par de años, de la nieve en la cima de Cotopaxi...es decir, de un poco de esto y aquello.  Mucho se dijo de que yo no estaba entendiendo muy bien.

Cuando llegamos al hotel, le llamé a Adán por teléfono para que él pudiera bajar y pagar a ellos, porque eso es lo que él me había dicho que hacer.  Supuse que era porque tenía moneda Ecuatoriana, pero era sólo porque él tenía dinero en efectivo y yo no; Ecuador es en realidad el único país en América del Sur cuya moneda nacional es el dólar Estadounidense, por lo que era muy conveniente.

Me imaginé que sería la última vez que vi a los dos, pero nos encontrásemos con Diego en dos ocasiones después de eso, que era encantador.  Más sobre esto más adelante.

Entramos en el restaurante de Le Parc Hotel y Adán me presentó a sus colaboradores, que estaban en una cena tarde. Algunos de ellos fueron de la oficina en Ecuador, y otros vinieron de la misma ubicación de Adán en E.E.U.U.  Adán me dijo que todos ellos habían estado universalmente avivado de que Adán estaba extendiendo su estadía en Quito para que su esposa (yo) pudiera unirse a él para pasar tiempo de ocio.  Adán estaba más o menos perplejos por su interés y entusiasmo, porque nunca había tenido tal apoyo de compañeros de trabajo antes. {Es una broma pequeña y no sé si el humor es obvio en la traducción al español.}

A Continuación...